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Reinventándome

Puede que nunca te hayas planteado el empezar de cero en tu vida, reinventarte, pero yo ya lo hice unas cuantas veces, y ahora a mis 40 vueltas de la tierra, me decido a volver a hacerlo.

Pero no hablo de huir de lo sucedido, empezar de cero y hacer borrón y cuenta nueva (que puede ser necesario alguna vez muy puntual), hablo de reinventarse a uno/a mismo/a con un proceso complejo por el que hay que ser muy valiente para conseguirlo.

En la vida, a veces llegamos a un punto en el que o cambias algo en tu vida o cada vez te alejas más de tu esencia, de lo que eres tu realmente, de tu verdadero yo.

Y, es lo que me estaba pasando a mí…

Crisis existencial

Dicen, que una crisis existencial es cuando en un momento de tu vida sientes frustración y desconcierto por no haber cumplido con los ideales previstos. Cuando sientes que has fracasado porque no has alcanzado el éxito que concibe la sociedad. O cuando tienes todo lo que la sociedad te dice que hay que tener, pero igualmente sientes un vacío en ti.

Muchos pueden ser los motivos de sufrir una crisis existencial. Yo ya he pasado por varias a lo largo de mi vida, pero lo mejor de esas crisis es que siempre he conseguido aprender de ellas. Siempre me he adaptado a la situación y he cogido el tren del cambio y de la acción.

Esta vez fue bastante diferente a las anteriores. Contaba con buenos estudios, un trabajo más o menos estable, una bonita casa en la que vivir con mi marido y mi hijo, y una vida social hasta entonces activa. No era para tirar cohetes, pero según lo que se considera normal en nuestra sociedad, no me podía quejar. Aun así, a veces sentía un profundo vacío en mi interior y no me sentía realizada.

Me aburría la misma rutina cada día, me aburría la vida. Un trabajo aburrido y monótono del que sólo tenía ganas de escapar, ir a los mismos sitios, ver a la misma gente, el tráfico, las noticias desalentadoras de la actualidad… Total, que no era feliz. Sentía que no vivía la vida que yo quería vivir.

También sentía, que me había dejado arrastrar por el sistema intentando cumplir con lo que se esperaba de mí, sin tener en cuenta lo que yo necesitaba, lo que yo quería.

En una situación así, sólo me quedaba conformarme o afrontar la situación y reinventarme. Así que hice caso de una frase que escuché o leí alguna vez, quien sabe cuándo ni dónde: No hay nada que enferme tanto como cuando lo que haces y lo que sientes van en direcciones opuestas.

Adaptarse al cambio

“No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que mejor responde al cambio”. Palabras muy sabias de Charles Darwin.

¿Pero cómo sobrevivir cuando las variaciones son bruscas e inesperadas?

En la actualidad, vivimos un periodo de grandes transformaciones, donde, para sobrevivir, parece que no haya otro remedio y que es necesario reinventarse.

Pero lo cierto, es que no debe ser una obligación. En estos días y los ultimos meses hemos podido encontrar en redes sociales un montón de retos, que te hacen ver esta situación como una oportunidad, y que la presión que se ejerce para llevarlo bien o incluso para aprovechar esta situación para reinventarse, parece que se han convertido en aspectos casi obligatorios, que pueden ser muy negativos si no es tu momento.

Ahora bien, si es tu momento, ponte a ello, pero piensa que hacerlo es algo verdaderamente difícil. Supone afrontar cambios radicales, soltar, dejar ir... para poder coger con más fuerza lo que viene de nuevo. Y no solo eso, durante el camino tendremos que superar miedos, replantear ideas y conceptos, transformar objetivos, estructuras y comportamientos… Es un reto complicado, os lo digo de buena tinta. Pero como os comentaba antes, es posible y muy enriquecedor.

El reto de reinventarse

Te hablo solo desde la experiencia, para ayudarte en lo que pueda a que lleves a cabo una reinvención de ti mismo/a si has llegado al mismo punto que yo y es lo que quieres.

Para mí, reinventarse tiene siempre algo de novedad, y de transformación, pero sin duda también de experiencia.

Yo creo que no es tanto descubrir algo o cambiar, aunque siempre están estas acciones en algún momento del proceso, pero me gusta más verlo como un redescubrirse y un reencontrarse con uno/a mismo/a. Siempre he sacado algo nuevo de mí, o desconocido hasta el momento, por tanto hay descubrimiento. Siempre me ha llevado a una transformación de un modo u otro, con lo que hay cambios. Pero sobretodo, siempre he aprendido mucho durante el proceso de reinventarme, aplicando la experiencia hasta el momento vivida, reencontrándome con mi esencia y redescubriendo mi verdadero yo, a veces olvidado o dejado de lado.

En realidad, reinventarse significa algo distinto y maravilloso para cada uno/a de nosotros/as. No hay dos reinvenciones iguales, cada persona experimenta un camino único, personal e irrepetible.

¿Cómo empezar a reinventarse?
Reinventarse no significa cambiar quién se es, sino cambiar la forma de ser y de estar en el mundo, la forma de verlo e interactuar con él. Para ello, debemos salir de su zona de confort, del ámbito conocido y familiar. Esto puede generar un intenso miedo y con frecuencia una gran angustia. Pero lo más importante es cambiar de mentalidad, dejar abierta la puerta a nuevos aprendizajes. Hacen falta grandes dosis de humildad y de coraje, por eso, desde mi experiencia, la reinvención va siempre unida a un gran crecimiento interior.

PROCESO PARA REINVENTARSE

¿Qué quiero hacer con mi vida?
Hay que tratar de identificar si se trata de una duda que afecta a todos los aspectos de tu vida o sólo a algunos.

¿Qué quiero conseguir? ¿Cuál es mi objetivo?
Cuanto más concreto sea el objetivo, antes podrás centrar tu atención y todos tus esfuerzos en conseguirlo.

¿Qué puedo hacer yo para lograr mis objetivos?
Ahora debes analizar tu realidad: ¿Cuáles son mis fortalezas? Son aquellas cosas que son tuyas, que te encantan de ti, que te van a facilitar y a ayudar a lograr lo que te propongas.

¿Qué me está impidiendo lograr el cambio que tanto deseo?
También es importante ser consciente de cuáles son tus debilidades y sobre todo que el hecho de planteártelas y definirlas no te desanime, todo lo contrario. Ser capaz de describir a “tus enemigos”, es un avance increíble para intentar vencerlos.

Enfócate en los pensamientos positivos
Seguramente te asaltarán momentos de desidia, desgana, desinterés, frustración, miedo al fracaso, inseguridad…. Piensa en lo que quieres hacer y en que lo eliges desde la libertad y no desde la obligación de lo que debes o tienes que hacer. Ilusiónate con tu objetivo y visualízate consiguiéndolo.

Diseña tu cambio de vida a tu gusto
Da igual lo absurdo que parezca, lo inalcanzable que resulte. Escribe en un papel todo lo que se te ocurra que podrías hacer de aquí a unos meses y que te acercarían a tu objetivo. Es el momento de soñar, de imaginar, de crear, de contarte tu propio cuento de final feliz con todo lo que se te ocurra y que te vaya a ayudar.

Manos a la obra
Pasa a la acción en cuanto puedas, planifica qué es lo que vas a hacer y cuándo vas a hacerlo. Es aquí cuando te comprometes, te responsabilizas, coges las riendas y decides ir a por todas. Haz un planning, con un calendario realista, con cambios paulatinos con los que te sientas cómodo/a y poco a poco, según vayas consiguiendo cosas, te irás llenando de fuerza y querrás cada vez más. Pero no olvides ser flexible.

Recompénsate y rodéate de energía positiva
Cuando lo tengas claro, de alguna manera, vas a sentir alivio. Es muy reconfortante saber por fin hacia dónde quieres ir, así que ahora lo que toca es disfrutar del camino, de ese viaje, sin impacientarse y regalándote momentos de ocio, distracción, con aquellas aficiones que te llenen de energía y buen humor. Es estupendo saber por fin tu destino. ¡Disfruta del trayecto!

¿Y si me siento incapaz, o no sé por dónde empezar…?

Cuando estamos inmersos/as en nuestros problemas, es muy difícil ver la luz al final del túnel… (y de nuevo te lo digo por propia experiencia) pero no pasa nada!

De la misma manera que pides ayuda cuando no sabes cómo arreglar el termo de tu casa, es de valientes pedir ayuda para ponerte manos a la obra con tu proyecto de vida. Y yo estoy encantada de ayudarte en este proceso y cualquier otro que necesites para vivir tu vida de forma plena.

¿Qué tienes más importante que tu propia felicidad?

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